Lamentablemente en nuestro despacho se nos acumulan los casos de okupación de viviendas vacías, la gran mayoría provenientes de bancos y cajas de ahorros. Es una problemática que nos salpica, y nos hace debatirnos entre la profesionalidad que defendemos y la humanidad que aveces carecemos.
Queremos contar desde el mas sincero respeto y sin detallar nombres ni direcciones el último caso de okupación que hemos tenido en nuestro despacho.
A primeros del mes pasado, nos llamó el presidente de una comunidad que gestionamos en Murcia, enfurecido y asustado a la vez, “Tenemos unos okupas en el 4ºA, en el piso del banco, tienen muy mala pinta, incluso se han enganchado a la luz de la Comunidad”. Lo primero que hicimos fue avisar a la entidad bancaria de lo ocurrido y posteriormente ir a la finca para buscar una solución. Al llegar, pedí al Presidente que me dejase sólo, para no tener problemas de enfrentamientos con los okupas. Al tercer golpeo de mano con la puerta (el timbre no funcionaba), nos abre un chico de apenas unos veinticinco años, con la ropa sucia con el rostro entre asustado y avergonzado. Me identifiqué como Administrador de la finca y le rogué me diera explicaciones de lo ocurrido, él cabizbajo y en voz tenue me pidió disculpas y se arrodillandose ante mí llorando y me pidió que no los echase a la calle,”tengo mujer y dos hijos”, “mis hijos durmieron ayer en la estación de autobuses, estoy desesperado”. En ese momento, mi profesionalidad se vino abajo.
Tras tranquilizarlo, le pedí me explicara lo ocurrido, y que lo que había echo era un delito.
Le dí de plazo para solucionar la okupación de una semana, y que la luz y agua que tenía enganchada debía cortarla de inmediato. Como administrador, debo defender los bienes comunes del edificio, no puedo permitir que siga enganchado a los suministros comunitarios, referente a la vivienda, es privada, no puedo ni debo entrar en defender ese inmueble.
Tras una hora dialogando con este chico, fui a ver al Presidente de la Comunidad para contarle lo ocurrido, el no sentía ni pena ni lastima, sólo pensaba en que su vivienda le costó cuatrocientos mil euros hace siete años, y esa gente desprestigiaba el edificio.
Les cuesta entender al resto de propietarios, que nosotros no podemos echar a las personas que han okupado una vivienda, ya que no gestionamos la propiedad.
Al cabo de las semanas, la entidad bancaria llegó a un acuerdo de alquiler solidario con las personas que okuparon la vivienda, por lo que legalmente son inquilinos y vecinos con derecho a uso de las zonas comunes al igual que el resto.
En otros casos, hemos encontrado okupas, muy mala gente con malas formas que sólo han destrozado la vivienda, o la han usado para trapichear. Del mismo modo es una situación desagradable.
No queremos crear polémicas ni debatir sobre la moralidad de un delito, sólo resaltar que nuestra amada profesión aveces nos hace pasar por situaciones desagradables, problemas que debemos solucionar con la legalidad en la mano, y no podemos actuar como el resto de vecinos quieren que actuemos y ellos no se atreven.
1 Comment
Que importante es tener valores y principios humanitarios y solidarios! Incluso por encima de la obligación profesional.
En cualquier caso, aquí no te hizo falta, supiste gestionarlo muy bien. Enhorabuena!